sábado, 7 de julio de 2012

¿Qué onda ciber-ratis?

Nada mejor que las medidas de los gobiernos y las empresas progresistas para maquillar la dictadura del Mercado, la horrible jeta del Capital.

Un gobierno burgués, es un gobierno burgués. Este Sistema está mal, hace mal, y no puede ser parchado ni remendado. La diferencia con la derecha no son un par de medidas y contramedidas a favor de los intereses de un par de sectores de la población. Forzar la salida de este sistema, redefinir lo posible y lo imposible, cagarse en la real politik, eso sí hace la diferencia. Que la gestión K haya otorgado el derecho a unirse civilmente a los homosexuales, esté discutiendo seriamente la despenalización de la marihuana, y hasta le haga guiños positivos a militantes abortistas, ya no logra ocultar su fascismo de Mercado; que el nuevo en Francia quiera borrar con el codo lo que hizo Sarkozy no logrará tapar la debacle financiera que los arrastrará al desagüe entrópico, o al toilet alemán (de hecho, por esos lados ya probaron las mieles de los progresismos de derechos civiles; acá, las modas siempre llegan tarde...).

Mientras permanezcamos dentro de estas economías financieras, sostenidas por el sufrimiento de millones, nada mejorará en realidad. Sólo entrar a una economía de necesidades y recursos, para luego migrar a un mundo nuevo y más justo, olvidándonos de los índices económicos (ese jodido vudú blanco) para siempre, puede hacernos Bien.

Me gustaría decir que el día del Juicio Final se acerca y que no tendrá piedad con los malos; pero ya ví muchas de esas pelis. Mejor construir las nuevas condiciones para el cambio, para la (sí, una vez más la regastada palabra; por ahora no han inventado una mejor para estos casos) Revolución. En eso, cada vez somos más los que estamos.

A propósito: creo que Google y sus empresas satélite (esos psudo nerdines progres, con videojuegos y ping-pong en sus empresas divertidas) se han enojado por algo...

Ahora, para entrar en ladimensionperpendicularynos.blogspot.com, hay que pasar por unas advertencias sobre potenciales virus al asecho, o sino otra sobre personas que estarían robando datos personales por medio de este blog (¡hipócritas: eso lo hace Faceboock y Google +, entre muchos pinches otros!)

A ver que pasa ahora...
Da lo mismo: volveremos en dos, cien, mil blogs...

     

viernes, 1 de junio de 2012

Orangreennnnnnn


Retrato hablado del escritor norteamericano Neil Massinger, conocido entre otras cosas, por ser el autor de la novela más corta de la Historia de la Literatura: - 216 páginas. Un libro practicamente sumergido en la inexistencia Que loco, ¿no?

martes, 29 de mayo de 2012

Fuck la mort!



Estimada: infinitas gracias por los momentos mágicos (negros y blancos), hermosa vampira de la margen izquierda de las películas de terror con chicas lindas  e impronta surrealista. Mario Bava, estuvo bien, fue el troesma; Darío Argento, en ocasiones, estuvo genial. Pero Jean Rollin, el bueno, el zurdo de Rollin, te tuvo a vos, Franca.


Todavía te veo (y es literal) con colmillos, de extremista, de prostituta. Me encantas igual que antes. Todavía me fascina tu militancia, tu figura darky, tu cara. 


El otro día me enteré que hace poco te las picaste para la otra vida. Claro, esa es la versión oficial: vos sos vampira... y todos sabemos lo que dura un ejemplar de esa especie. Y yo, siempre llegando tarde, recién ahora me entero que, además, escribiste 7 novelas, y que cuando se te estaban agotando las pilas en la carcasa humana, te pusiste a hacer unos videos con tu hermano músico y tu hija. Y a esa productora experimental, le pusiste Fuck la mort.


De una, Franca. De una.


                                                         El niño que se enamoró de tu imagen en la pantalla, te saluda
                                                                                                               Merci beaucoup, Franca Mai


Crescendo (extracto)

      Ellos son como son.
      Tienen flores en sus bocas que se abren y cierran de nada. Los labios húmedos se destacan, parsimoniosos, luego de la explosión de risa del viento, entreviendo pequeños dientes nacarados, algunas fisuras. Sus pensamientos derruidos los colocan en un sueño ligero o profundo, todo depende de la velocidad del tren.

Las distancias son largas a veces…

      Y a menudo se ofrecen a mi mirada. Es por esa razón que me gusta tanto viajar. En realidad no tengo a donde ir, me dejo llevar por mis arranques; tickets arrugados en el bolsillo, para el acceso a carriles desconocidos o hacer el trayecto en el sentido contrario. Todo depende de mi estado de ánimo. Siempre la tengo difícil para identificar lo que va a satisfacer mis caprichos; el jardín es tan grande, tan colorido, tan prometedor...

Y todas esas bocas barnizadas, laqueadas, desgarrándose por la mitad, en oferta…

      A veces, se telescopean en pétalos venenosos, dando paso a un enorme agujero muy húmedo en el que no puedo encontrar mi lugar.
      Demasiado amplio.

      Cuando me viene esta sensación, me pongo furiosa. El sudor moja mi cuerpo, adhiriendo el pantalón a mi piel, dificultando mi andar. Debo calmar mis nervios entre dos vagones; que no se me olvide el placer sagrado y este no sea un viaje para nada.
      No me gusta perder mi semilla.     



                                                                         de Crescendo, novela de Franca Mai

martes, 24 de abril de 2012

(((...)))


Estábamos terminando de limpiar el patio del blog, cuando llegó P. Nos preguntó qué estábamos haciendo, y Crush le contestó: estamos poniéndole una bufanda a un hipopótamo hipotérmico, ¿qué: no se nota? P, que lo conoce de sobra a Crush, no le dijo nada; después de todo, él había preguntado lo obvio. Para eso, mejor hablar del clima. Como hacía rato que P. no venía a visitarnos, yo lo traté mejor y le pregunté cómo estaba, en qué andaba. Estoy terminando una novelita que me está poniendo canas verdes, dijo P, y se sentó en el sillón que usa Crush para mirar sus documentales sobre (e)nanotecnología. Se dice me está sacando canas verdes, le dijo el supuesto dueño del sillón. No, contestó rotundo P., a mí no se me cae el pelo. ¿Y de qué trata?, le pregunté rápido a P. a modo de paños fríos. No sé, creo que es una historia de suspenso; ocurre en varias ciudades, principalmente en Tokio; están implicados un escritorsuelo, unas gravure idol y Goebbels, el jefe de propaganda nazi; y hay algo así como un Gran Hacker Oculto, que articula. ¿Queres comer unas legumbres?, le ofreció de pronto, fuera de todo pronostico, mío sobre todo, Crush a P. No gracias, muy amable, acabo de comerme un kilo de zanahorias rayadas. ¿Y que más estas haciendo P.?, le pregunté antes de la casi segura insistencia de Crush con sus famosas legumbres. Trabajando en el negocio de insumos para encuadernaciones (atención al público, con cara de dormido o de sacado); traduciendo a Houellebecq (del frances al castellano), a Silvia Plath (del ingles al castellano) y a Lumpe Truk (del castellano al castellano); fumando; mirando películas de toda calaña (la última: una malísima, pésima, tópica, esdrújula, sobre el amor entre un diseñador de jardines depresivo y el espíritu de una chica en coma; con esa actriz mezcla de rubia y perrito pequinés, la de Legalmente rubia; tan mala, que hasta se olvidó el nombre y el resto de la trama); leyendo y leyendo como queriendo salirle por el otro lado a la realidad; tocando algo de música, poca y mala; dibujando casi nada (excepto por un fanzine para la feria de unos amigos); con muchas ganas de aerosolear denuevo; una que otra escena de lo que comúnmente llamamos vida social; navegando un poco en la webá, consumiendo (esa es la palabra exacta) bastantes videos en youtube, administrando (en solitario y en conjunto) algunas cuentas de blogspot, wordpress, faceboock, gmail, hotmail, etcétera. Miré la cara de Crush, parecía interesado en eso último; aunque con Crush nunca se sabe. 

En particular, de acuerdo a como se iba generando su propio mundo, a P. le interesaba (y sobre todo le gustaba) uno de esos blogs. ¿Sobre qué es ese blog?, le pregunté yo, viendo que Crush había perdido el interés y ahora  estaba pasándole el plumero a sus vasos Recuerdo de Puerto Madryn con forma de ballenas.  No lo tengo muy claro aún; hay un presentador, escribe en primera persona, es un mamífero cánido, bah: un perro, o por lo menos eso declara, y pone una foto como para sostenerlo; vive acompañado por alguien o algo, con el que las relaciones a veces se tensan / a veces se distienden; no sé por qué, siempre comen legumbres: sólo legumbres; esta especie de trama, cada tanto, es interrumpida por los gustos y los intereses del protagonista; en fin: que el tecleo, la tecladura, la teclación, hagan el resto. Después de un silencio, en el que solo escuchamos el plumero de Crush, P. nos contó que había empezado ese blog con su amiga (canina) Pavlova, quien ahora estaba enterrada en el patio de otra amiga (humana). Sí, la foto del perfíl es de ella. Sí, murió joven, como muchos de sus ídolos. ¿Tu perra tenía ídolos? No, tampoco es que era fanatica, pero le gustaban. ¿Quienes? Cobain, Basquiat, Plath, Morrison, Sophie Podolski, Lautreamont, Moura, Elliot Smith... tantos. ¿Y ella iba y los escuchaba?, le pregunté, lamiéndome una de las patas delanteras. ¿Me estás cargando Turba?: era una perra; yo le ponía las músicas o le leía, y ella prestaba atención o se relajaba. Ah, bueno.

Antes de que Crush llegara con su bandeja repleta de legumbres, dispuesto a sentarse para ver uno de sus documentales, P. se despidió diciendo que se le hacía tarde para regar los cactus. Una vez solos, con la boca llena, Crush se dijo como para sí, sin dejar de mirar la pantalla, que los cactus no se regaban.