sábado, 27 de agosto de 2011



Cayenne Pepper continúa colonizando todas mis células –seguramente un caso de lo que la bióloga Lynn Margulis llama simbiogenesis. Apuesto a que si chequean nuestro ADN, descubrirán unas cuantas potentes transfecciones entre nosotras. Su saliva debe tener los vectores virales. Claro, sus besos lengüetazo-precipitados fueron irresistibles. Aún compartiendo el posicionamiento en el filo de los vertebrados, nosotras habitamos, no sólo diferentes generos y divergentes familias, sino que diferentes órdenes.
      ¿Cómo desclasificarnos? Cánido, homínido; mascota, profesora; perra, mujer; atleta, manipuladora. Una de nosotras tiene insertado un microchip bajo la piel de su cuello para identificación; la otra tiene una foto digitalizada en la licencia de conducir de California. Una de nosotras tiene registros escritos de sus ancestros por veinte generaciones. Una de nosotras desconoce el nombre de sus bisabuelos. Una de nosotras, producto de una vasta mixtura genética, es llamada “purasangre”.Unas de nosotras, ecuánime producto de una vasta mezcla, es llamada “blanca”. Cada uno de estos nombres designan un discurso racial, y ambas heredamos sus consecuencias en nuestra carne.
      Una de nosotras está en la cúspide de su ardorosa, juvenil, realización física; la otra está vigorosa pero se le pasó el cuarto de hora. Y nosotras practicamos un deporte llamado Agilidad, en el mismo País Nativo Expropiado en donde los ancestros de Cayenne pastoreaban ovejas merino. Estas ovejas eran importadas, desde la ya pastoril economía de Australia, para alimentar a la California de la Fiebre del Oro. En capas de historia, capas de biología, capas de culturasnaturales, Complejidad es el nombre de nuestro juego.  Nosotras dos somos el hambre de libertad resultado de conquistas, productos del asentamiento de las colonias blancas, variando más allá de los obstáculos e infectando a través de túneles el campo de juego.

de la intro del Manifiesto de las Especies de Compañía, de Donna Haraway (traducción a la que te criaste, petula)

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